Claudia Comte
After Nature
May 11 –
August 22, 2021
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Installation view: After Nature, Claudia Comte, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid, Spain, 2021. Photo: Stefan Altenburger| TBA21
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MNTB Madrid
Exhibitions
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Creemos que sabemos qué es el océano, qué aspecto tiene, qué sensaciones transmite. Pero, en realidad, solo conocemos la superficie o las imágenes que nos permiten ver. ¿Cómo percibe una tortuga un coral? ¿O una ballena? ¿Es una estrella de mar realmente un pez? ¿Y los corales? ¿Son conscientes de sus propios colores? Claudia Comte lleva años intentando comprender esas formas, pero también los contextos que las hacen posibles. Su interés por la madera, por el mármol o por lo digital debe entenderse como un interés por profundizar en el conocimiento de la vida de los árboles, el recuerdo que conserva del océano un material hermoso y la obsesión de los humanos por replicar la vida y la inteligencia. ¿Replicar la vida? Sí, con demasiada frecuencia hablamos de las maravillas de la inteligencia artificial y las elogiamos, pero seguimos destruyendo la inteligencia viva del océano y permitimos que los arrecifes de coral pierdan sus colores y se manchen. El amor por una forma conlleva el estudio del origen de esa forma. Gracias a su colaboración con TBA21 Academy, a sus investigaciones y a su pasión por los océanos, Claudia ha comprendido que los corales son seres complejos que desempeñan un papel fundamental en la producción del oxígeno de la Tierra. Los corales forman comunidades de animales y de plantas que viven en una coexistencia productiva. Pero son tan hermosos y fascinantes como vulnerables. Y su extinción puede ejercer un profundo impacto sobre la vida en nuestro planeta. Por consiguiente, se nos plantean algunas preguntas: ¿podemos ayudar a regenerar los corales? ¿Son conscientes de este problema los árboles de las costas? ¿Es suficiente la reconstrucción de las formas de coral para establecer un punto de partida que favorezca la regeneración del arrecife de coral?
La exposición gira en torno a esta idea, la posibilidad de comprensión y de regeneración de los corales. Está dividida en dos espacios: el día y la noche, y cada entorno hace referencia a un momento de este proceso de investigación y reconciliación con la vida del océano. En el espacio correspondiente al día se muestran corales confeccionados con madera procedente de los árboles de la isla de Jamaica, donde Claudia Comte realizó una residencia y se dedicó al estudio de los corales. El segundo espacio, el de la noche, hace referencia a la oscuridad de las profundidades del océano. Una pintura mural nos guía a través de este universo de formas que es, además, el universo de una vida que apenas conocemos. Gráficos, formas, tecnología, materiales… la obra conforma una instalación inmersiva que favorece la reflexión y la meditación, y nos permite acercarnos a la mente del coral.
- Chus Martínez, comisaria
Creemos que sabemos qué es el océano, qué aspecto tiene, qué sensaciones transmite. Pero, en realidad, solo conocemos la superficie o las imágenes que nos permiten ver. ¿Cómo percibe una tortuga un coral? ¿O una ballena? ¿Es una estrella de mar realmente un pez? ¿Y los corales? ¿Son conscientes de sus propios colores? Claudia Comte lleva años intentando comprender esas formas, pero también los contextos que las hacen posibles. Su interés por la madera, por el mármol o por lo digital debe entenderse como un interés por profundizar en el conocimiento de la vida de los árboles, el recuerdo que conserva del océano un material hermoso y la obsesión de los humanos por replicar la vida y la inteligencia. ¿Replicar la vida? Sí, con demasiada frecuencia hablamos de las maravillas de la inteligencia artificial y las elogiamos, pero seguimos destruyendo la inteligencia viva del océano y permitimos que los arrecifes de coral pierdan sus colores y se manchen. El amor por una forma conlleva el estudio del origen de esa forma. Gracias a su colaboración con TBA21 Academy, a sus investigaciones y a su pasión por los océanos, Claudia ha comprendido que los corales son seres complejos que desempeñan un papel fundamental en la producción del oxígeno de la Tierra. Los corales forman comunidades de animales y de plantas que viven en una coexistencia productiva. Pero son tan hermosos y fascinantes como vulnerables. Y su extinción puede ejercer un profundo impacto sobre la vida en nuestro planeta. Por consiguiente, se nos plantean algunas preguntas: ¿podemos ayudar a regenerar los corales? ¿Son conscientes de este problema los árboles de las costas? ¿Es suficiente la reconstrucción de las formas de coral para establecer un punto de partida que favorezca la regeneración del arrecife de coral?
La exposición gira en torno a esta idea, la posibilidad de comprensión y de regeneración de los corales. Está dividida en dos espacios: el día y la noche, y cada entorno hace referencia a un momento de este proceso de investigación y reconciliación con la vida del océano. En el espacio correspondiente al día se muestran corales confeccionados con madera procedente de los árboles de la isla de Jamaica, donde Claudia Comte realizó una residencia y se dedicó al estudio de los corales. El segundo espacio, el de la noche, hace referencia a la oscuridad de las profundidades del océano. Una pintura mural nos guía a través de este universo de formas que es, además, el universo de una vida que apenas conocemos. Gráficos, formas, tecnología, materiales… la obra conforma una instalación inmersiva que favorece la reflexión y la meditación, y nos permite acercarnos a la mente del coral.
- Chus Martínez, comisaria