Objeto escultura 52: el gusano, 2017
Madera de abeto sin corteza y quemado, ébano
600 x 50 x 50 cm 

El Hacha, 2018
Madera de abeto sin corteza y quemado, mármol
600 x 50 x 50 cm

La Botella, 2018
Madera de abeto sin corteza y quemado, bronce
600 x 50 x 50 cm

Tres enormes abetos cuelgan del techo. Cada árbol alberga un relicario tallado, que a su vez custodia una escultura pequeña y delicadamente ejecutada: un gusano de madera, un hacha de mármol y una botella de bronce. Cortados y tallados con sierra mecánica –la artista suiza Claudia Comte ha elegido esta herramienta que no es famosa por su precisión, sino más bien por su fuerza y su carácter práctico– y levemente quemados en la base, los troncos ejercen como pedestales y evocan un estilizado entorno boscoso. Al emplear madera procedente de los bosques de su infancia, en las montañas del Jura, pero también ébano, mármol y bronce, la obra de Comte amplía el potencial escultórico de los materiales jugando con sus formas, volúmenes y superficies. Movida por su interés en la memoria material y por la observación detallada del modo en que la mano se relaciona con distintas tecnologías, investiga los sistemas de producción, artesanal y mecánica, y los materiales naturales empleados en la artesanía y la escultura.
 
En ocasiones sus intervenciones invaden el espacio expositivo para crear entornos inmersivos que enfatizan la puesta en escena teatral de sus obras. Estos entornos son el hogar natural de un repertorio de personajes caricaturescos y recurrentes –zigzags, gusanos, cactus, corales y croissants— que desmienten el legado minimalista de la artista y abrazan con entusiasmo la iconografía pop de las animaciones digitales. A través de sus intervenciones en estos espacios, Comte subraya la capacidad del arte para aumentar nuestra sensibilidad hacia mundos «no-solo-humanos».   
 
En Objeto escultura 52: el gusano, Comte juega con la inconfundible forma serpenteante obtenida a través de la talla, el modelado y el pulido del ébano, una madera ornamental muy valiosa caracterizada por su acabado brillante en negro, que enfatiza el atractivo pop y en cierto modo irónico de la escultura acabada.
 
El hacha encapsula la expresividad de este utensilio empleado para diseccionar la madera en trozos fáciles de gestionar y de ser trabajados. Al mismo tiempo que recuerda una historia de artesanía, habilidad y maestría técnica, la obra de Comte también está impregnada de urgencia medioambiental y es el resultado de nociones como acción, fuerza y efecto.

La botella habla del valor económico, los residuos generados por los humanos y la generalización de lo desechable. El molde en bronce del principal objeto plástico de un solo uso puede interpretarse como reliquia o monumento, un memento que nos recuerda que este objeto cotidiano tarda 450 años en descomponerse. Al combinar materiales atemporales y motivos propios de la imagen digital y sus artefactos, la obra escultórica de Comte invita a una reflexión que abarca distintas escalas temporales. Su obra invita a abandonar con sinceridad las formas extractivas de producción que dominan el presente a través de elementos que hunden sus raíces en tiempos remotos y apuntan a futuros imaginados.

Claudia Comte, “Artist Talk Claudia Comte" YouTube video, 57:30, posted by “Thyssen-Bornemisza Art Contemporary TBA21” May, 2021.

"After Nature, Claudia Comte, at Museo Nacional Thyssen-Bornemisza", posted by “Thyssen-Bornemisza Art Contemporary TBA21", 2021 

"Claudia Comte Talk, 2021 Verbier Art Summit", YouTube Video, posted by "Verbier Art Summit," 2021 

Claudia Comte, "2018 E.A.T. SIDE COUNTRY SIDE / Claudia Comte: From Grancy to Jayapura," posted by "Engadin Art Talks" February, 2018

Anna Tsing, Heather Swanson, Elaine Gan, Nils Bubandt, eds., Arts of Living on a Damaged Planet, The University of Minnesota Press. 2017
 

Nació en Grancy, Suiza, en 1983. Vive en Basel, Suiza.